lunes, 2 de marzo de 2009

yo te amaba

te amé en días soleados con mucho calor envolviendo mi cara, te amé en primaveras con brisa, con mariposas coloridas, te amé después de lluvias suaves, en paisajes sublimes, con aromas dulces, con sabores cítricos. Te amé cuando más me amaste, te amé cuando te entregaste, te amé en momentos cariñosos, cuando me diste todo, cuando me regalabas el perfume de la felicidad, cuando me llenabas con días cálidos. Pero también te amé en días en los que el sol casi no asomaba, cuando estaba nublado y el viento soplaba con ira, sacudía los árboles con flores, cuando la lluvia, se estrellaba furiosa contra el suelo, mojaba la tierra, los relámpagos mataban críos de animales pequeños. Yo observaba todo y mi mundo interior no pertenecía al resto, pasó el tiempo, pasaron miles de trenes por millones de estaciones, pasaron cielos oscuros temerarios, pasaron cielos despejados y alegres, pasaron barcos por puertos, se estrellaron aviones, el sol derritió glaciares, la tormenta destruyó casas, la muerte se llevó personas, las personas se convirtieron en gente, pero yo nunca dejé de amarte, te regalé lo que era, te lo llevaste, me arrebataste, y yo te amaba, aunque los paisajes ya no fueran coloridos y felices, verdes, con flores impactantes, aunque el sol no brillara, aunque el cielo cambiara cien veces de color en una triste tarde.

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