Aquella luz lejana
que creí esplendorosa
resultó no ser mas que un fuego fatuo
ni nada menos
Hoy la penumbra
es todo lo que habita en mi
esa penumbra profunda
esa que congela los sentidos
les hablo a mis párpados cansados
por el insomnio de estas noches
tan llenas de vacuidad
Junto a mi en la cama
no hay nadie
que entibie las sábanas
de este invierno en primavera
y sin embargo
tu ausencia como una llamarada
me quema cada minuto
Si me llamaras agonizante
una noche cualquiera
lo sabes, se que lo sabes
podría donarte
hasta el último órgano
de mi economía femenina
aunque no viviese ya
para verte sonriente por la vida
pintando paredones en calles que son tuyas
haciendo el amor con otra
mientras la sangre fluye por tus venas
al ritmo del latido
de mi corazón.
viernes, 25 de septiembre de 2009
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